Con la venia de la Presidencia

Los sistemas coordinados de asistencia humanitaria aparecen por la necesidad de salvaguardar la vida humana, así como para evitar el sufrimiento de las personas ante eventos imprevisibles que las coloquen en estado de vulnerabilidad.

Aun cuando se tienen diversos antecedentes de accidentes ocurridos en nuestro país, la capacidad de reacción de nuestras instituciones para la protección civil ha evolucionado lentamente, sin embrago, hay sucesos que marcaron de modo definitivo la pauta para dar una respuesta coordinada en atención a víctimas de desastres naturales. Ejemplo de ello fueron los hechos acaecidos en mayo de 1966, derivados del desbordamiento del Río Panuco, lo cual dejó cuantiosos daños en los estados de Veracruz y Tamaulipas. Dichos acontecimientos sentaron las bases para la participación del Ejército en las labores de auxilio a la población, motivando la creación del Plan de Defensa número III por parte de la SEDENA

A partir de la atención a este desastre, causado por el paso del huracán Inés, se inició de la mano del Ejército Mexicano una larga cultura de respuesta a emergencias en México, que actualmente goza de un enorme reconocimiento internacional, pero más significativo es el reconocimiento y agradecimiento social de todos los mexicanos para con nuestras Fuerzas Armadas por ayudarnos en esos momentos de tribulación.

Debemos sentirnos orgullosos de que el ejército sea una de las instituciones con mejores estándares de valuación ante la sociedad civil, pues cabe señalar que, según datos del latino barómetro, el nivel de confianza de nuestro ejército en comparación con otros países del continente, lo ubican como una de las cinco fuerzas castrenses con mayor confianza en América Latina.

Así mismo, de acuerdo con la encuesta nacional en vivienda 2014 de la empresa Parametría, el Ejército aparece como la tercera organización más confiable del país.

En el Partido Verde reconocemos el trabajo realizado por nuestras fuerzas armadas a lo largo de un siglo de servicio, no sólo en la construcción de un México más mejor, sino por el quincuagésimo aniversario de la aplicación del Plan DN-III-E.

No olvidemos que el soldado mexicano es símbolo de disciplina, abnegación y lealtad. Por ello queremos reconocerles y destacar que las acciones cívicas y las obras sociales del Ejército mexicano han tenido un gran impacto en el desarrollo del país, sobre todo en momentos de gran apremio. Son invaluables los apoyos que las fuerzas armadas han prestado a la población cuando ésta se ha visto afectada por alguna situación de emergencia o desastre natural; siempre que una catástrofe o accidente ha azotado a nuestro país, los soldados han estado ahí, ayudando en las labores de rescate y posteriormente involucrándose en los trabajos de reconstrucción.

Por todas las ocasiones en que un soldado mexicano ha arriesgado su vida para proteger la de un connacional en apuros, queremos darles las gracias y con la emisión de esta moneda conmemorativa esperamos retribuirle a las Fuerzas Armadas algo de lo mucho que ellas le han dado a México.

Es cuanto señor Presidente.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO